Hoy hace un año que tenemos a Grunchie en casa, y el cabrón, aunque se ha relajado sigue siendo una bestia parda. Incluso creemos que es pariente de la
gineta (pinchad en el enlace si no nos creéis), pero bien es cierto que se ha hecho un hueco dentro de nosotros y dentro de la cama cuando te le encuentras jugando a darte bocaos en los dedos de los pies a las 4 de la mañana.
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Ahora es del tamaño de la silla |
Menuda cosilla que llegó a casa llorando y asustada que ahora campa por su casa como si fuera suya. Porque los papeles de la casa dicen otra cosa, pero yo juraría que el dueño es el gato.
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Mi butaca de jugar a la Xbox mostrándome un mensaje que indica que jamás volverá a ser mi butaca. |
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Grunchie tras comerse una seta del SuperMario y duplicando tamaño. He probado a tirarle champiñones a la cabeza pero no se hace más pequeño. |
Como veis ha crecido a lo largo a lo ancho y a lo cabrón, y para que se vea la clara evolución de mi alimaña, aquí una foto con un año de diferencia.
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Lucha y estoicismo con un año de diferencia. |
¡Larga vida al gato!
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